Por Miguel Florentino Jiménez
Cuando comparamos los ciudadanos dominicanos de los años 70, 80 y 90 con los de la actualidad, observamos que cada día vamos para atrás como el cangrejo, no somos ni la sombra de esos ciudadanos de esas décadas antes mencionadas.
Hemos perdido la cortesía, la decencia, la amabilidad, la solidaridad, pero sobre todo hemos perdido la dignidad, estos valores que nos inculcaron nuestros abuelos y nuestros padres.
Es muy lamentable que después de haber tenido tanto avance y progreso en los últimos 20 años, los ciudadanos estemos con una descomposición en nuestra conducta, parece imposible tener una buena convivencia entre nosotros.
En estos tiempos los antivalores están por encima de los valores, lo malo es bueno y lo bueno es malo, nuestra gente está más enfocada hacer lo que sea necesario por el dinero fácil incluso hasta perdiendo la dignidad humana.
Es tan preocupante ver a nuestros hombres arrastrándose como las culebras solamente por hacerse los graciosos con los poderes del momento, cuando antes los hombres dominicanos su identidad era su orgullo de ser responsable, valiente y muy varonil, cualidades que encantaba a las mujeres.
Debemos retomar las enseñanzas de nuestros ancestros para dejarles a las demás generaciones mejores ciudadanos, esta responsabilidad debe recaer en los padres, desde los hogares eduquemos a los niños, niñas y adolescentes de esta manera tendremos mejores ciudadanos y mejor convivencia, enseñarles que el individualismo no es bueno si no la colectividad.
Realmente la situación es más complicada de lo expresado en este breve artículo, nuestra intención es llevar una reflexión a todos nuestros lectores y que juntos logremos un cambio de actitud en los ciudadanos dominicanos, logrando un aporte importante para las generaciones.
El autor es: Abogado, articulista y comentarista de radio y televisión
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